Diversos estudios revelan que el sobrepeso, el consumo de alcohol y tabaco así como los niveles de grasas de origen animal pueden comprometer el sistema cardiovascular y conducir a que las personas sufran un infarto con riesgo de muerte a edad temprana.
De igual forma, los niños también pueden tener problemas cardiovasculares debido al sedentarismo y a los malos hábitos alimenticios. el ejercicio frecuente y una dieta balanceada ayudan a mantener un peso saludable; un corazón activo y activo y un sistema circulatorio resistente. Esto significa que los niños deben salir a jugar, caminar, montar bicicleta y, en general, practicar una actividad general deportiva, ya que el ejercicio trae consigo beneficios a los diversos sistemas que componen su cuerpo: cardio-vascular, pulmonar, músculo-esquelético, inmune y digestivo, entre otros, con lo cual se consigue un organismo saludable. Tomado de Hipertextos La santillana Ciencias 7°
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